Como si 2010 no fue suficiente para afianzar su poder en los Poderes del Estado, el Presidente Daniel Ortega abre 2011 con una importante victoria en el seno de la Asamblea Nacional. Lea en esta crónica, cómo respondieron los aliados del FSLN la mañana de este domingo 9 de enero, en la histórica votación en combo en la que se determinó la suerte legislativa de Nicaragua en este año electoral.
Por Mauricio Miranda
Sentado en su curul, solitario, con la mirada fija en cualquier parte y al mismo tiempo en ningún lado, sin prestar atención al bullicio y al relajo desatado por algunos de sus colegas diputados --que con su agitación casi han convertido el plenario en la Asamblea Nacional en una especie de pequeño mercado persa--, Edwin Castro Rivera, coordinador de la bancada del Frente Sandinista, espera su momento de tomar la palabra. Escritos en un papel que sostiene en sus manos, tiene la propuesta sandinista con los nombres de las siete personas, que, de ser aceptados en votación, pasarán a conformar la Junta Directiva en la XXVII legislatura del Primer Poder del Estado para 2011.
Afuera, en las calles soleadas de Managua, se respira una tranquilidad demasiado ajena al histórico evento político que está por suscitarse este domingo 9 de enero: la posible reelección por segunda vez consecutiva de René Núñez Téllez como Presidente de la Asamblea Nacional, quien se ha perfilado como la pieza más confiable del Frente Sandinista en los puestos de mando de ese Poder del Estado en los últimos años, y quien tiene por misión allanar el camino para que el comandante Daniel Ortega opere sin contratiempos sus iniciativas de ley y sus decretos, a menos de un año de su posible y cuestionada reelección como Presidente de Nicaragua.
A las nueve y media de la mañana, son algunos los diputados que permanecen en sus curules en el plenario. Los invitados especiales los observan desde sus puestos detrás de un cristal infranqueable cuyas puertas de acceso permanecen vigiladas por desconfiados agentes policiales. Los periodistas que dan cobertura se entretienen susurrándose o gritándose entre ellos, sus propios cálculos sobre los resultados de la votación, como aficionados ansiosos en una cruenta noche de peleas de gallo.
Rostros ya anunciaban destino legislativo
Los diputados del PLC, ubicados en el ala derecha del foro, parecen algo agitados, pero también muy confiados. Bastante confiados. Casi satisfechos. Uno de ellos es Wilfredo Navarro. Si las especulaciones resultan ciertas, él conservará su puesto como Primer Secretario de la Asamblea, según los críticos, gracias al “repacto” entre su partido, liderado por el ex presidente y ex reo Arnoldo Alemán, y Daniel Ortega.
El diputado Eduardo Montealegre no refleja mayor entusiasmo, así como tampoco el resto de sus compañeros de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN). Conversa con un grupo de ellos, se sale del círculo para saludar sonriente a alguien más, camina hacia otro punto, y ahí, a solas, echa un vistazo a la mesa de presidio, se toma de las manos como si no supiera qué hacer con ellas, se las desliza sobre el saco para secarse el sudor, se las mete en los bolsillos del pantalón, y espera, con una vaga mirada taciturna.
A escasos pasos de él, el diputado conservador Alejandro Bolaños Davis, que lleva puesta su acostumbrada chaqueta negra de cuero en esta asfixiante mañana de enero, escucha atentamente a su colega liberal Freddy Torres. Ambos parecen algo tensos, sobre todo Davis, que ni siquiera parpadea.
En otro punto, los diputados de oposición Pedro Joaquín Chamorro, Salvador Talavera y Víctor Hugo Tinoco, comparten puntos de vistas con un semblante apagado. El sandinista Wálmaro Gutiérrez prefiere la soledad, y se entretiene con el mouse y la pantalla de su computador. El disidente de las filas del PLC, Enrique Quiñonez, habla sentado mascando chicle. Maximino Rodríguez, lo escucha de pie ataviado en un saco café que le queda ancho de los hombros, y con las manos en la cintura. También esperan, como lo hace la diputada María Eugenia Sequeira, de la BDN, que más bien parece aburrida.
A la diputada liberal Jamileth Bonilla, que hizo noticia a finales de la semana pasada porque habría de sustituir a Leonel Téller como vocero del PLC a poco tiempo para que arranque la campaña electoral, se le mira sonriente y con un paso al caminar entre sus colegas, desenfadado, relajado. La sonrisa que va regalando a todos tal vez sea lo único que nos recuerda a todos los presentes, que hoy es domingo y no un día de semana más, pese al ajetreo en el parlamento y las exigencias del protocolo.
Edwin Castro finalmente se pone de pie. Camina por el pasillo, cruza unas palabras con el sandinista José Figueroa, quien sostiene una mirada para nada amigable. Y luego se viene donde los liberales María Dolores Alemán, Jorge Castillo Quant, y Wilfredo Navarro quienes charlan aguantando carcajadas. Llama por aparte a éste último. Platican sin sonrisas. Primero Castro, que le señala algo en la mesa de presidio. Luego Navarro, que le responde tranquilamente. Castro se da la vuelta y se retira, pero a dos pasos se gira de nuevo, con cierto aire de insatisfacción. Duda. No es nada. Retoma su camino y se vuelve a sentar. La diputada Miriam Argüello, presidenta de la Junta Directiva de Edad, que dará pase a la elección de la nueva Juna Directiva, toma el micrófono y llama a todos a sentarse. La sesión va a comenzar.
FSLN más poderoso que nunca
Al diputado Edwin Castro Rivera le toma 8 minutos y 49 segundos, leer el destino que ha de tener la Asamblea Nacional para el año 2011. Sin retórica alguna, y midiendo la cantidad exacta y el peso de sus palabras, revela desde su puesto la propuesta de su partido para elegir a la nueva Junta Directiva, y menciona con nombres y apellidos, a sus aliados: la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), la Bancada de Unidad Nicaragüense (BUN), el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), y los diputados Eliseo Núñez Hernández, Alejandro Bolaños Davis y Jamileth Bonilla. Juntos superan al 80 por ciento de los escaños en el hemiciclo.
La propuesta sólo viene a confirmar los rumores: René Núñez Téllez para ocupar (por tercera vez consecutiva) la Presidencia del Parlamento. El PLC está en la jugada con Óscar Moncada en la Primera Vicepresidencia, y con Wilfredo Navarro, en la Primera Secretaría. Carlos García figura en la Segunda Vicepresidencia por la ALN, Juan Ramón Jiménez en la Tercera Vicepresidencia por la BUN, y el bloque lo cierra la sandinista Alba Palacios en la Segunda Vice Secretaría y Ana Julia Balladares, en la Tercera Vice Secretaría.
Por ningún lado figura la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN) ni el Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Han sido aplastados. Los diputados Eduardo Montealegre y Víctor Hugo Tinoco, no lo pueden creer, pero al mismo tiempo, lo pueden creer. Lo tienen que creer. Lo han tenido que creer, y quizá, lo tengan que seguir creyendo.
Elección en combo: rápida, efectiva e ilegal
Castro aún no ha terminado, y pide que los nombramientos sean aprobados por medio de una “votación individual simultánea” --en combo --, una práctica que cuatro años atrás se implementó en esta misma asamblea, y que en esa ocasión contó con el apoyo de diputados --que ahora no ocultan la frustración--, como María Eugenia Sequeira, según increpa uno de los presentes. Wilfredo Navarro se encarga de repartirles a todos, sin borrar la sonrisa de su rostro, copias con los nombres de quienes en 2006 votaron bajo este mismo procedimiento de elección en combo, que ahora es rescatado como precedente, pese a que es violatorio de la ley.
Víctor Hugo Tinoco es uno de los primeros en reclamar: “Creemos que eso va contra la Constitución, contra la ley, contra el espíritu democrático y que eso, en esencia, nos va a impedir votar por cada uno de los candidatos y poder dar nuestras opiniones sobre cada uno de los candidatos”.
El disidente sandinista, exclama que se está reviviendo “la historia del prebendarismo, del zancudismo, y de la subordinación al dictador”. “Queda claro que en este parlamento nada va a cambiar, va a seguir el control del orteguismo, pero el cambio se va a dar, va a ser en noviembre”, promete Tinoco.
Adolfo Martínez Cole, exige que se respete el artículo 35 de la Ley Orgánica de la Asamblea, que establece el principio de proporcionalidad y pluralismo político para este tipo de elecciones. Doña Miriam Argüello solo escucha. “Como funcionarios públicos estamos obligados a cumplir la ley, especialmente nuestra Ley Orgánica, para ser objeto del cumplimiento del Estado de Derecho”, argumenta Martínez Cole, jefe de bancada de la también excluida BDN, y advierte que esta nueva jugada política “pone en evidencia la reiterada conducta arbitraria que se ha venido dando en este Poder del Estado”.
Carlos Langrand, su compañero de partido, no tolera la intención encabezada por el FSLN, y se exalta: “Esto es combo, esto es plancha, esto es el temor de elegir de uno a uno y que las calificaciones morales de cada uno de los integrantes de la Junta Directiva puedan ser debatidas en libertad con la conciencia de cada uno de los representantes de este país. Pero no, el temor entre los mismos pactistas, los obliga a hacerlo en combo”.
Antes de que Langrand sea amonestado a través de los altavoces por doña Miriam Argüello, para que conserve la compostura, éste le exige que, junto con los demás miembros de la Junta de Edad, garanticen los procedimientos de ley establecidos y casi le ruega que “no se presten a este juego”, para que no se repita lo que ocurrió en el año “nefasto” 2010, en que según él, el presidente Daniel Ortega se burló a como quiso de la institucionalidad del país.-----
La sonrisa del diputado Wilfredo Navarro permanece imborrable. La mañana le resulta tan relajada que hasta encuentra tiempo para distraerse platicando jocosamente, de espaldas al hemiciclo, con uno de los periodistas parlamentarios. Al diputado Eliseo Núñez Hernández, que también se la ha pasado muy a gusto meciéndose en su cómodo asiento reclinable, se le ocurre que deberían de dedicar un minuto de silencio por la muerte política del MRS y de la BDN, pero cuando comparte su idea burlona en voz alta con el resto de sus compañeros, --pese a que alguien tiene ahora el uso de la palabra--, se gana por ahí unas miradas de rechazo, pues a pocos los resulta gracioso cuando apenas un rato atrás, todos habían guardado ese minuto de silencio por el reciente fallecimiento del viceministro de Transporte e Infraestructura, Fernando Valle, hermano del diputado Mariano Valle. El diputado Wálmaro Gutiérrez no se inmuta por nada de lo que ocurre a su alrededor, sigue con su computadora. Ana Julia Balladares no ha parado de reírse de sus propios chistes que comparte con su colega de al lado. Freddy Torres escucha con el ceño fruncido las palabras de Langrand cuyo discurso le parece interminable. Edwin Castro espera. Solo espera.
Doctora Argüello prefirió renunciar que avalar flagrante violación a la ley
No se recuerda la última vez que un presidente de Junta Directiva de Edad, renunciara a su puesto por considerar violatorio el procedimiento de elección de una nueva Junta Directiva. Doña Miriam Argüello dijo a Conexiones que no existe en la historia de Nicaragua un registro de ese tipo. Pero eso fue lo que ella misma hizo ayer, cuando sin más propuesta de moción que la del diputado sandinista Edwin Castro, la mayoría en el parlamento esperaba ansiosa que se levantara la sesión, o “la gran farsa”, como lo llamó uno de los periodistas.
Antes de ceder su puesto al diputado liberal Noel Pereira Majano, para que avalara lo que según ella iba en contra de sus principios, la doctora Argüello, una veterana de la vida política nacional, criticada por su vínculo con el FSLN a través de la Convergencia Nacional, expresa sus motivos.
“Los precedentes negativos de violación de la ley, no dejan ningún saldo positivo, solamente sirven para debilitar y destruir las instituciones… Hoy no podría yo hacerme copartícipe de llevar adelante en este plenario, una votación que considero que esta violentando la ley. En este momento no se ha respetado la proporcionalidad que manda la ley y fuera de eso se han violentado los procedimientos que establece la ley. Es por eso que me veo obligada, en honor a mis principios y mis valores, a no poder seguir presidiendo este parlamento en este momento”.
La proclamación arranca los aplausos de los miembros de la BDN, y comentarios burlones, como los de Wilfredo Navarro. Hay algo raro en este ambiente. De repente el guión anunciado por todos está tomando otro giro. Edwin Castro parece nervioso. No dice nada. Freddy Torres tampoco se lo esperaba. Finalmente ambos se ponen de pie y salen caminando por un lado del foro, susurrándose al oído.
Argüello continúa: “Quiero pedirle a quien me sustituye (Noel Pereira Majano), a sentarse en mi lugar, y si él lo considera conveniente, proseguir en el sentido que ha sido propuesto (el plenario). Queda bajo su responsabilidad. Yo asumo la mía”. La diputada se levanta y se acomoda en otra silla, ubicada detrás de los miembros del presidio. Noel Pereira es ayudado a ocupar su nuevo puesto en medio del bullicio que ha desatado la incertidumbre. Todos se miran entre todos sin saber muy bien qué hacer, y de repente da la impresión que los hechos podrían tomar otro rumbo. Hasta que de entre ese desconcierto masivo, sale una voz que pide al nuevo presidente de Edad que se continúe con la votación. Se trata del diputado Agustín Jarquín, quien restablece la calma y el orden de los eventos. Edwin Castro y Freddy Torres regresan por donde salieron, y vuelven a sus lugares.
Fue un pequeño susto, una línea que no debía de estar en el guión, así que ya todo resulta como debe ser, con la autorización para votar por la moción sandinista, con los primeros resultados en la pantalla electrónica, con los números claritos que dicen que fue victoria con 70 votos a favor, con los diputados propuestos para la nueva directiva, todos desfilando sonrientes hacia la mesa de presidio, todos alzando la mano y jurando honrar a la patria mientras se les toma promesa, todos entonando orgullosos las notas sagradas del Himno Nacional, todos agitados por los apretones finales de mano y las declaraciones a los medios, todos ahora más relajados en sus puestos, para continuar desde ahí, dictando el orden institucional y legal que debe de seguir el Estado de la República de Nicaragua. Así se estrena esta Asamblea Nacional en este año electoral, año 2011, el año de “Todos unidos por el bien común”.
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